Tres poemas de Claudio Asaad
- culturacasatomada
- 20 oct 2020
- 1 Min. de lectura
El escritor comparte su poesía en Casa Tomada

1982
Si elegimos no sé.
Apenas tengo la memoria
del tambaleo tan impreciso
de la sangre.
Era como un recorrido oculto detrás de la piel.
Un insecto y la desesperación
juntas corriendo por el laberinto
de las venas.
¿Son quejumbrosos los pasillos hacia el deseo?
Acercarme a la evocación del mecanismo
del corazón mío,
me hace el vértigo ahora.
No el amor como te deseaba antes,
en cualquier posición que tu cuerpo
fuera visto o creado por mis ojos
sin parpadear si quiera
aunque lo maldito y la luz
prepararan la mitad del camino
al infierno.
Arder no, estarse quieto.
Seco.
Como si hubiera un silencio de madrugada y
la otra mitad (y un poquito) de tu voz
dejará los cuerpos llenos,
tan plenos
y repletos de temblor.
Enelsilencio
El luto y el verde detrás de la lluvia
mi casa trazada en tu camino
soy un hombre perdido en un tiempo
ajeno
dormir de a ratos
incinerar el deseo
perder piel y calor
no hay piedras blandas
debajo de los pies
sólo arena temerosa
viajando con el viento
vos no sos acá
otra cosa que un adiós
repetido en la lluvia.

entredicho
La belleza es un tema del pasado
Mi vida,
Mejoramos el tema del calor
Pero aquí adentro huele demasiado a tu cuerpo
Por eso estar ciego es lo mejor
Para la herida, el aire que la
Tensa, el ardor.
El amor es un dogma,
Una pelota escapándose
Y después golpeando
Las caras del desquicio
Mi vida,
No puedo estar más despierto
El país se nos cae,
Vos encima
y yo con ganas de
la luz de la manzana
arrancándome
este arrullo
que empalaga.
acá, mi vida
es donde
podríamos vivir
un ratito la esperanza,
tocar la tibieza
esperar
sin un sitio fijo
la sombra de la acacia
el agua
la brevedad
indolente.
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