“El arte me permitió encontrar la humanidad, la diferencia y la curiosidad”
- culturacasatomada
- 20 ene 2021
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Fred Perant es un artista francés que desafía las leyes de la física con sus malabares con pelotas y sombreros. En diálogo con Casa Tomada se refiere a sus orígenes en el arte, la práctica constante y los regalos que les ha dado su profesión

Foto: Ana Dias
Es un artista de otro planeta. Porque su mente va más rápida que el común de la gente, su control del cuerpo es hipnótico y su manejo de la física es algo que supera a las leyes de la naturaleza. A Fred Perant lo conocí de casualidad en unas vacaciones que nos hicieron coincidir en las sierras cordobesas, él con su familia y yo con la mía. Él hablaba francés, por haber nacido en Francia, claro está, y yo con mucho esfuerzo todavía la piloteo con el español. Sin embargo, el lenguaje del arte es universal, y no necesité mucha traducción para admirarme de su trabajo.
Su especialidad es el malabarismo con pelotas de rebote y sombreros, destrezas que lo han llevado a escenarios por todo el mundo y han despertado la admiración de todo público ante el que se ha presentado. Pero el don de Fred no queda allí, sino que su simpleza y su humor hacen de sus presentaciones espectáculos únicos.
En la distancia geográfica y lingüística, pero unidos por la virtualidad, hablamos con este gran artista que nos contó un poco sobre sus orígenes, los secretos del escenario y la necesidad de conexión de todo malabarista con los elementos, sumado a la importancia de contar con una familia que acompaña estos proyectos y los amigos que en el camino se van formando.
- ¿Cómo empezó tu vinculación con el arte? ¿Venís que una familia de artistas?
- Mi familia no era muy artística, pero le gusta mucho los chistes, en especial a mi abuelo. Sin embargo, en el primer encuentro que tuve con el malabarismo, cuando estaba en la universidad, fue el día en que decidí tirar mi televisión por la ventana. Es de verdad, ¡estaba en una planta baja! Tenía 22 años.
- ¿Cuándo comenzaste a estudiar y a decidir en qué disciplina especializarte?
- Fue cuando descubrí el malabarismo con pelotas, era como una adicción. “La progression” me daba una gran sensación, y después de 5 meses ya podía jugar con 5 pelotas. Mi especialización viene de ver artistas con pelotas de rebote y otras con sombrero. Me gustan las primeras porque tienen una vida propia cuando rebotan, el segundo porque hacen al personaje.
- ¿Qué importancia tiene el control y cuidado del cuerpo para tu actividad?
- He aprendido trabajando con un mimo, y después con bailarinas contemporáneas. Saber escribir con tu cuerpo, tener conciencia de él en la escena o en la calle es muy importante. En malabarismo la relación cuerpo-objeto es principal. Cuando empezaba, los objetos estaban todos presentes, pero ahora es más el cuerpo y el objeto una extensión.
- Tu actividad lleva a un control de los elementos que no puede dejar nada al azar, ¿eso surge solamente de la práctica o hay también un estudio de nociones de física u otras ciencias?
- Me gustan las matemáticas y la física, pero soy un soñador cartesiano. No puedo controlar todo, es la primera cosa que el malabarista debe aprender, el error es humano y a veces da más vida a las cosas. Me gusta intentar la perfección, pero a veces es la miseria (se ríe mientras responde).

- ¿Cómo surgen las rutinas? ¿De dónde surge la inspiración?
- Quiero saber también la respuesta de eso! ¿Tenés alguna idea? (bromea Fred). Es posible que viene de los accidentes, de lo inesperado. Me gustan las sorpresas por el público, pero también para mí.
- ¿Se modifican las rutinas en las presentaciones de acuerdo a las reacciones del público? ¿Improvisás?
- Cuando puedo, es un gran placer de improvisar, pero la improvisación es un paracaídas para el malabarista. En mi pequeño acto, que dura 7 minutos, la parte en música es una parte, puedo interpretar pero no cambiar el movimiento.
- ¿Cómo es actuar con otros artistas en un mismo escenario?
- Es un placer el poder encontrarse con otros artistas, pero cuando hago la función con mi número no puedo mirar a los otros. La complicidad que tenemos explota al fin, cuando hemos trabajado bien y el público está feliz.
- En tu presentación incluís mucho humor, ¿ayuda a generar ese vínculo con el público?
- Sí, el humor y la auto burla. Presentarse como más “boludo” o frágil ante el público genera más cariño. Hay casos como Buster Keaton o Charles Chaplin que son maestros en esta línea.
- ¿Tenés experiencia en otras disciplinas circenses como el trabajo de clown?
- No he aprendido con la nariz de payaso, pero me gusta la “mecánica cómica”, como Chaplin y Keaton, un ritmo que los niños de 3 a 5 años tienen naturalmente, son los mejores payasos. Es algo que se pierde con el tiempo. El trabajo del clown es el de regresar a ello.
- ¿Qué te ha dado el arte? ¿Viajes, amigos, experiencias?
- ¡Te conocí a vos Luis! Me ha dado amigos, amigos y más amigos. Me permitió encontrar la humanidad, la diferencia, la curiosidad...
- Tenés una linda familia que te acompaña a todos lados, ¿qué importancia tiene el apoyo de la familia en esta actividad?
- Para mí, la familia es lo primero y es la razón porque no trabajo en un cabaret en Alemania, en un circo en China, en el “Crazy Horse” en Paris. Ellos no me acompañan en los eventos durante el año sólo durante el verano. Ahora Magali (su esposa, con quien tiene dos hijos) no trabaja conmigo por una decisión personal y la situación social de la pandemia. Pienso que la importancia de la familia es diferente para cada artista. Para mí, es mi corazón.
Luis Schlossberg
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